• Comunicado del EZL a propósito del triunfo electoral de AMLO

CONVOCATORIA A UN ENCUENTRO DE REDES DE APOYO AL CIG, AL COMPARTE 2018: “Por la vida y la libertad”; Y AL 15° ANIVERSARIO DE LOS CARACOLES ZAPATISTAS: “Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros”

Julio del 2018.

A l@s individu@s, grupos, colectivos y organizaciones de las Redes de Apoyo al CIG:

A la Sexta Nacional e Internacional:

Considerando que:

Primero y único:

La Gran Final.

Llega usted al gran estadio.  “Monumental”, “coloso”, “maravilla arquitectónica”, “el gigante de concreto”, calificativos parecidos se repiten en las voces de los locutores que, a pesar de las distintas realidades que describen, coinciden en resaltar la soberbia construcción.

Para llegar a la grandiosa edificación, usted ha tenido que sortear escombros, cadáveres, suciedad.  Cuentan quienes más años cuentan, que no siempre fue así; que antes, en torno a la gran sede deportiva, se levantaban casas, barrios, comercios, edificios, ríos y arroyos de gente que uno esquivaba hasta casi toparse de narices con el gigantesco portón, que sólo se abría cada tanto tiempo, y en cuyo dintel se leía: “Bienvenido al Juego Supremo”.  Sí, “bienvenido”, en masculino, como si lo que ocurriera dentro fuera cosa sólo de varones; como antes los sanitarios, las cantinas, la sección de máquinas y herramientas de las tiendas especializadas… y, claro, el futbol.

Pero, a vuelo de pájaro, la imagen vista bien podría ser un símil de un universo contrayéndose, dejando en su periferia muerte y destrucción.  Sí, como si el Gran Estadio fuera el hoyo negro que absorbe la vida a su alrededor y que, aún insaciable, eructa y defeca cuerpos sin vida, sangre, mierda.

Desde cierta distancia, se puede apreciar el inmueble en su totalidad.  Aunque ahora sus erróneas disposiciones arquitectónicas, sus fallas estructurales en cimientos y edificaciones, sus cambiantes decoraciones al gusto del equipo ganador en turno, aparecen cubiertas por una tramoya que abunda en llamados a la unidad, la fe, la esperanza y, claro, la caridad.  Como si se ratificara así esa semejanza entre cultos religiosos, políticos y deportivos.

Usted no sabe mucho de arquitectura, pero le molesta esa insistencia casi obscena en una escenografía que no coincide con la realidad.  Colores y sonidos proclamando el fin de una era y el paso al mañana soñado, la tierra prometida, el reposo que ya ni la muerte promete (se dice usted mientras hace un recuento de sus cercanas, personas desaparecidas, asesinadas, “exportadas” a otros infiernos, y cuyos nombres se diluyen en estadísticas y promesas de justicia y verdad).

Como en la religión, la política y los deportes, hay especialistas.  Y usted no sabe mucho de nada.  Le marean los inciensos, salmos y alabanzas que pueblan esos mundos.  Usted no se siente capaz de describir el edificio, porque usted anda otros mundos, sus largos y tediosos caminos transcurren en lo que, desde los soberbios palcos del gran estadio, se podría llamar “el subsuelo”.  Sí, la calle, el metro, el colectivo, el vehículo en abonos o pagado con cargo a otros abonos (una deuda siempre pospuesta y siempre creciente), el camino de terracería, las rutas de extravío que conducen a la milpa, a la escuela, al mercado, al tianguis, al trabajo, al jale, a la chinga.

Usted se inquieta, sí, pero el optimismo de dentro del gran estadio es mayoritario, abrumador, a-v-a-s-a-l-l-a-n-t-e, y desborda hacia afuera.

Como en esa canción que usted recuerda vagamente, el espectáculo que ya terminó, unió “al noble y al villano, al prohombre y al gusano”.  En esos momentos la igualdad fue reina y señora, no importa que el silbatazo final haya vuelto a cada quien a su lugar.  Basta del olvido de que cada uno es cada cual, de nuevo, “y con la resaca a cuestas/ vuelve el pobre a su pobreza, /vuelve el rico a su riqueza /y el señor cura a sus misas /se despertó el bien y el mal/ la zorra pobre vuelve al portal, / la zorra rica vuelve al rosal, / y el avaro a las divisas”.

Y es que, ahora le informan a usted ruidos e imágenes, el partido ha finalizado.  La gran final tan esperada y temida, concluyó y el equipo vencedor recibe, con falsa modestia, los clamores de los espectadores.  “El respetable público”, dicen voceros y cronistas.  Sí, así se refieren a quienes han participado activamente con gritos, porras, hurras, insultos y diatribas, desde las gradas, como espectadores a quienes sólo en la gran final se les permite simular que están frente al balón y que su grito es el puntapié que dirige el esférico “al fondo de las redes”.

¿Cuántas veces ha escuchado usted eso?  Muchas, ¿vale la pena contarlas?  Las derrotas reiteradas, la promesa que a la que sigue sí, que el árbitro, que el campo, que el clima, que la luz, que la alineación, que la estrategia y la táctica, que etcétera.  Al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos… a la que luego se sumará la desilusión prevista.

En las afueras del recinto, una mano maliciosa ha rayado, en el soberbio muro que rodea el estadio una sentencia: “FALTA LA REALIDAD”.  Y no conforme con su herejía, la mano le ha agregado trazos y colores a las letras, tan variados y creativos que ya no parecen pintados.  Ya no es un grafiti, sino una inscripción como grabada con cincel, manchando el concreto.  Una huella indeleble en la apática superficie del muro.  Y, para colmo, el último trazo de la “D” final ha abierto una grieta que se alarga hasta el basamento.  Un cartel, roto y descolorido, con la imagen de una feliz pareja heterosexual, con un par de hijos, niño y niña, y con el encabezado de “La Familia Feliz”, trata en vano de ocultar la hendidura que, tal vez por un efecto óptico, parece rasgar también la feliz imagen de la familia feliz.

Pero ni el ruido interno que hace vibrar las paredes del estadio logra disimular la grieta.

Dentro, aunque el partido ha terminado, la muchedumbre no abandona el estadio.  Aunque no tardará mucho en que sea de nuevo expulsada de vuelta al valle de ruinas, la multitud embelesada se hace eco de sus propios gritos e intercambia anécdotas: quién gritó más fuerte, quién hizo la mejor burla (se dice “meme”), quién divulgó la mentira más exitosa (el número de “likes” determina el grado de verdad), quién lo supo desde un principio, quién nunca dudó.  En las tribunas, algunos, algunas, algunoas, intercambian análisis: que “¿sí viste que los contrarios cambiaron de camiseta en el medio tiempo y que ahora festejan la victoria quienes iniciaron el encuentro con el uniforme del equipo rival?”; que “el árbitro (el siempre “árbitro vendido”) ahora sí cumplió porque la victoria del equipo todo lo limpia y enaltece”.

Algunos, algunas, algunoas, más escépticos, ven con desconcierto que, entre quienes celebran el triunfo, están los que jugaron y juegan en equipos rivales.  Tratan, pero no entienden.  O sí entienden, pero no es hora de entender, sino de festejar.  Para dejárselos claro, una pantalla gigante parpadea con la tonada visual de moda: “Prohibido Pensar”.

La noche ha pospuesto su llegada, piensa usted.  Pero se da cuenta de que son los reflectores y los fuegos de artificio los que simulan claridad.  Claro, una claridad selectiva.  Porque allá, en aquel rincón, unas gradas se han derrumbado y los equipos de rescate no acuden, ocupados como están en el festejo.  La gente no se pregunta cuántos muertos, sino de cuál equipo eran seguidores.  Más allá, en ese otro rincón oscuro, una mujer ha sido agredida, violada, secuestrada, asesinada, desaparecida.  Pero, vamos, es sólo una mujer, o una anciana, o una jóvena, o una niña.  Los medios, siempre en sintonía con los tiempos que corren, no preguntan el nombre de la víctima, sino si portaba su playera de tal o cual equipo.

Pero no es tiempo de amarguras, sino de fiesta, de brindis, del f-i-n-d-e-l-a-h-i-s-t-o-r-i-a mi buen, del comienzo de un nuevo campeonato.  Fuera, la oscuridad parece el colofón pictórico para la zona devastada.  Sí, piensa usted, como un escenario de guerra.

El barullo le reclama atención.  Usted trata de tomar distancia para comprender el impacto de ese gran triunfo de su equipo favorito… mmh… ¿era su equipo favorito?  Ya no importa, el triunfador siempre fue y será el equipo favorito de las mayorías.  Y, claro, todos sabían que el triunfo era inevitable, y en tribunas se suceden las explicaciones lógicas: “sí, no era posible otro resultado, sólo el de la copa embriagante coronando los colores del equipo favorito.”

Usted trata, sin conseguirlo, de hacer suyo el entusiasmo que inunda las tribunas, los palcos, y parece llegar hasta el punto más alto de la construcción donde, lo que se adivina es una lujosa habitación, refleja en sus vidrios polarizados las luces, los gritos y las imágenes.

Usted recorre las tribunas con dificultad, la gente se abarrota en pasillos y escaleras.  Busca usted algo o alguien que no lo haga sentir extraño, camina como un extraterrestre o un viajero del tiempo que aterriza en un calendario y una geografía desconocidos.

Se detiene un poco donde dos personas de edad miran con atención una especie de tablero.  No, no se trata de ajedrez.  Ahora que usted se ha acercado lo suficiente, ve que se trata de un rompecabezas con apenas algunas piezas engarzadas y sin la figura final siquiera esbozada.

Una persona le está diciendo a la otra: “Bueno, no, no me parece que sea ficción.  Después de todo, el pensamiento crítico debe partir de una hipótesis, por alocada que parezca.  Pero no debe abandonar el rigor para confrontarla y verificar si procede, o hay que buscar otro punto de arranque.”  Y, tomando una de las piezas del rompecabezas, esa persona la muestra y dice: “por ejemplo, puede ser, a veces, que lo pequeño ayude a entender lo grande.  Como si en esta pequeña parte pudiéramos adivinar o intuir la figura ya completada”.  Usted no escucha lo que sigue, porque los grupos vecinos gritan contra ese extraño par y acallan sus palabras.

Alguien le ha pasado un volante.  “Desaparecida” se lee, y una imagen de una mujer cuya edad usted no puede determinar.  ¿Una anciana, una mujer madura, una jóvena, una niña?  El viento le arrebata el volante y su vuelo se confunde con las serpentinas y el confeti que nublan la vista.

Y hablando de niñas…

Una niña, pequeña, de piel oscura, de ropas extrañas de tan coloridas y adornadas, mira el estadio, las tribunas, las luces multicolores, las sonrisas de vencedores y vencidos, alegres las primeras, maliciosas las segundas.

La niña tiene una duda.  Se adivina en la expresión de su rostro, en su mirada inquieta.

Usted se siente generoso, al fin al cabo usted ha ganado… mmh… ¿ha ganado?  Bueno, no importa.  Usted se siente generoso y, solícito, le pregunta a la niña qué busca.

La niña le responde: “el balón”.  Y, sin voltear a verlo a usted, sigue con su mirada barriendo la gran construcción.

“¿El balón?”, pregunta usted como si la pregunta viniera de otro tiempo, de otro mundo.

La niña suspira y añade: “bueno, de ahí que tal vez lo tiene el dueño”

“¿El dueño?”

“Sí, el dueño del balón, y del estadio, y del trofeo, y de los equipos, y de todo esto”, dice la niña mientras con sus manitas intenta abarcar la realidad concentrada en el gran estadio.

Usted trata de encontrar las palabras para decirle a la niña que esas preguntas no vienen al caso, o cosa, según, pero entonces usted recuerda…, o más bien no recuerda haber visto el balón.  En su mente le aparece una imagen borrosa, cree que al inicio del partido, del esférico con sus gajos manchados por “nuestros amables patrocinadores”.  Ni siquiera en los goles anotados lo ubica.

Pero ahí está la pantalla del marcador, y la pantalla marca la realidad que importa: tal ganó, tal perdió.  Ningún marcador señala quién es el dueño ni siquiera del marcador, mucho menos quién es el dueño del balón, de los equipos, de las tribunas, de las “cámaras y micrófonos”.

Además, el marcador no es un marcador cualquiera.  Es el más moderno que existe y costó una fortuna.  Incluye el VAR para ayudar a sus empleados a sumar o restar puntos en la pantalla, y para las repeticiones instantáneas o reiteradas de cuando “juntos hicimos historia”.  Y el marcador no marca los goles, sino los gritos.  Gana quien más grite, entonces ¿quién necesita el balón?

Pero entonces usted revisa sus recuerdos y nota algo extraño: minutos antes del final del partido, la porra, la barra, la fanaticada del equipo contrario guardó silencio.  Y los gritos de los seguidores del equipo ahora triunfador no tuvieron rival.  Sí, muy extraña esa súbita retirada.  Pero más extraño es que, cuando en la pantalla del marcador no se reflejaban aún los resultados, ni siquiera los parciales, el equipo contrario volvió a la cancha sólo para felicitar al triunfador… que todavía no era triunfador.  En los altos y lujosos palcos del estadio estalló la algarabía y los colores de sus pendones eran ya los del equipo ganador.  ¿A qué hora cambiaron de favorito?  ¿Quién ganó realmente?  Y sí, ¿quién es el dueño del balón?

“¿Y por qué quieres saber quién es el dueño?”, cuestiona usted a la niña, porque le parece que, no obstante sus dudas, es tiempo de silbatos y matracas, y no de preguntas necias.

“Ah, porque ése no pierde.  No importa qué equipo gane o pierda, el dueño siempre gana.”

Usted se incomoda con la duda que eso plantea.  Y se incomoda más al ver a quienes declaraban que el equipo ahora triunfador traería desgracias, celebrando un triunfo que, apenas unas horas antes, no era suyo.  Porque no se ve que hayan perdido, más bien festejan como si el triunfo fuera suyo, como si dijeran “ganamos otra vez”.

Usted está a punto de decirle a la niña que deje la amargura en otro lado, que tal vez esté en sus días, o en la depre, o no entiende nada, después de todo es sólo una niña, pero en eso el respetable prorrumpe en un alarido: el equipo vencedor regresa a la cancha para agradecer al respetable su apoyo.  La gente-gente sigue en las tribunas y contempla, arrobada, a los modernos gladiadores que han vencido a las bestias… ¡un momento!, ¿no son las bestias quienes ahora abrazan y festejan y cargan en hombros al equipo vencedor?

Usted se ha quedado pensando en lo que dijo la niña.  Y recuerda entonces, inquieto, que el equipo contrario, conocido por su rudeza, mañas y trampas, abandonó el partido justo antes de que sonara el silbatazo final.  Sí, como si temiera que su inercia propia, pudiera hacerlo triunfador (con trampa, claro) y, para evitarlo, se retirara completamente.  Y con él, desaparecieron sus porras, sus fanáticos, sus, ahora usted lo recuerda, contados banderines y banderas.

La algarabía sigue.  Al parecer en tribunas no importa el absurdo que transcurre en el centro del campo, donde el pódium espera la premiación final.

Usted se hace eco de la pregunta de la niña y, con timidez, cuestiona a su vez:

“¿Quién es el dueño del balón?”

Pero el grito masivo se traga su pregunta, y nadie le escucha.

La niña le toma de la mano y le dice: “Vámonos, tenemos que salir”

“¿Por qué?”, pregunta usted.

Y la niña, señalando la base de la gran edificación, responde:

“Se va a caer”.

Pero nadie parece darse cuenta…  Un momento, ¿nadie?

(¿continuará?)

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En base a lo anteriormente expuesto, la Comisión Sexta del EZLN invita a l@s individu@s, grupos, colectivos y organizaciones que apoyaron y apoyan al CIG y, claro, que todavía piensan que los cambios que importan nunca vienen de arriba, sino de abajo (además de que no hayan mandado su cartita de adhesiones y peticiones al capataz futuro) a un:

Encuentro de redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno.

Con la siguiente propuesta de temario:

- valoraciones del proceso de apoyo al CIG y su vocera Marichuy, y de la situación según la perspectiva de cada grupo, colectivo y organización.

- propuestas de pasos a seguir.

- propuestas para regresar a consultar con sus grupos, colectivos, organizaciones, lo ahí planteado.

Llegada y registro: jueves 2 de agosto del 2018; registro y actividades los días viernes 3, sábado 4 y domingo 5 agosto.

Para registrarse como participante en el encuentro de redes, la dirección es:

encuentroredes@enlacezapatista.org.mx

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También, las comunidades indígenas zapatistas, invitan a quienes tienen al arte como vocación y anhelo, al:

CompARTE POR LA VIDA Y LA LIBERTAD

“Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros”

Del 6 al 9 de agosto del 2018.

Llegada y registro: cuando puedan del 6 al 9 de agosto.

Clausura el día 9, 15° aniversario del nacimiento de los caracoles zapatistas.

El programa será según quiénes se apunten, pero seguro ahí estarán musiquer@s, teatrer@s, bailador@s, pintor@s, escultor@s, declamador@s, etceter@s, de las comunidades zapatistas en resistencia y rebeldía.

Para registrarse como participante y/o asistente, la dirección es:

asistecomparte2018@enlacezapatista.org.mx

 

participacomparte2018@enlacezapatista.org.mx

Todo en el caracol de Morelia (donde fue el encuentro de mujeres que luchan), en la zona Tzotz Choj, tierra zapatista en resistencia y rebeldía.

Mucho ojo: Traigan su vaso, plato y cuchara, porque las mujeres que luchan ya aconsejaron de no usar desechables que contaminan, además de que dejan un tiradero.  No sobra si trae un su focador (o lámpara de mano), su loquesea para poner entre el digno suelo y su muy digno cuerpo, o casa de campaña.  Su impermeable o nailon o equivalente por si llueve.  Sus medicinas y comida especial si las requiere.  Y cualquier otra cosa que luego le vaya a faltar y, cuando nos deje sus críticas, nosotr@s podamos responder “les avisamos antes”.  Para las personas ya de edad, “de juicio” como decimos acá, veremos de, en lo posible, darles alojamiento en alguna parte especial.

Nota: sí se permitirá el acceso a varones y a otras minorías.

Por la Comisión Sexta del EZLN.

Subcomandante Insurgente Moisés.             Subcomandante Insurgente Galeano.

México, 4 de julio del 2018.

P.D.- No, nosotras, nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña “por el bien de todos, primero los huesos”.  Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo.  Ergo…

  • Posicionamiento de las FLN de frente al triunfo electoral de AMLO

Carta Pública al Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador Fuerzas de Liberación Nacional (F.L.N.)

Carta Pública al Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador Fuerzas de Liberación Nacional (F.L.N.)

2 de Julio del 2018

C. Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador.

Quien suscribe, miembro de la Dirección Nacional colectiva de las Fuerzas de Liberación Nacional, así como militantes revolucionarios e insurgentes, provenientes de una formación política de la juventud rebelde al régimen autoritario y asesino de mediados y finales del siglo pasado, le hemos declarado la guerra a ese régimen y usted puede confirmarlo. No nos avergonzamos de ello. Esa decisión se tomó debido a la situación de pobreza, represión y marginación a que se ha expuesto nuestro pueblo por al menos cinco décadas. En este caminar revolucionario de casi 50 años, nunca hemos recurrido al robo o al secuestro. Nunca recibimos ni dólares ni rublos de ningún país extranjero, y, sobre todo, nunca, nunca hemos tenido contacto, ni lo tendremos, con políticos corruptos, ni narcotraficantes, miente quien le diga lo contrario.

Nuestra historia, la de las Fuerzas de Liberación Nacional, en forma rápida, usted la puede conocer si visita la Casa de la Memoria Indómita, – espacio fundado por Doña Rosario Ibarra de Piedra-, donde tenemos montada una exhibición histórica de nuestro pasado.

Usando nuestro derecho como mexicanos que luchan por avanzar en la construcción de un país libre, verdaderamente democrático y sobre todo justo, le plantemos las siguientes demandas históricas que cuando usted se asuma como jefe nato del Ejército Federal, estará facultado para cumplir en forma cabal y onerosa:

Primero. Que abra a estudiosos de la historia de México los archivos históricos, todos sin excepción, del Ejército Federal Mexicano.

Segundo. Que retire al Ejército Mexicano a sus órdenes, de las calles, pueblos y comunidades del país, y, sobre todo, sin ninguna negociación al respecto, retire al ejército de todas las zonas indígenas del país.   

Tercero. Que nombre por decreto a la zona de los lagos de la Selva Lacandona, desde la laguna de Metzabok hasta la laguna de Miramar, como Sitio Histórico Protegido y que se otorgue la responsabilidad del cuidado y protección de este sitio a los historiadores y las comunidades indígenas vecinas, ya que ahí se desarrollaron acontecimientos importantes de nuestra historia patria, que involucran al intervencionismo de un país extranjero en esa zona.

Por último, apelamos a su proclamado patriotismo para que se den pasos concretos, inmediatos y de buena voluntad hacia el cumplimiento de estas exigencias, para subsanar algunas de las deudas históricas del Estado mexicano que usted representará a partir del primero de diciembre por la voluntad del pueblo que acudió a las urnas.

No puede haber camino a una auténtica regeneración de la vida nacional si se mantiene vigente la militarización de los espacios públicos; si se niega virtud al ejemplo de quienes dieron su vida en la defensa y transformación de nuestra patria; si continúa clausurada al conocimiento público la participación del Ejército Federal Mexicano en la desaparición de miles de jóvenes desde hace cincuenta años. Recuerde que quien no conoce la historia de su patria, es un extranjero en su propia tierra.

Tenga la seguridad de que el día que usted asuma su cargo presentaremos en la Oficialía de partes de la Presidencia este mismo documento de carácter público.

Nos despedimos con nuestro lema, obra del general Vicente Guerrero,

¡Vivir por la Patria o Morir por la Libertad!

Por las FLN, Compañero Comandante Insurgente Germán.

2 de julio del 2018

  • Comunicado del EPR ante el triunfo electoral de AMLO

AL PUEBLO DE MÉXICO

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES

A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS

A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!

El proceso electoral en curso para relevar la junta administrativa de la burguesía está en su fase culminante, los estridentes golpeteos mediáticos de politicastros de todo signo partidista y las contradicciones no antagónicas entre los aspirantes a la silla presidencial se han guardado en los subterfugios de la “democracia”, para pasar de la diatriba a la “reconciliación”, he ahí la farsa y trampa de la democracia burguesa, que más allá de los matices que pueda adquirir cada seis años, su esencia radica en la legitimación del régimen y la dictadura del capital.

Desde el poder oligárquico ya se han establecido los mecanismos de sujeción para salvaguardar sus intereses y perpetuar la dictadura del capital, un sexenio más de reoxigenación del régimen está en marcha, de tal manera que a quien impongan le dé continuidad a los planes y programas que demanda la lógica del desarrollo capitalista, donde la explotación económica y la opresión política no se erradicarán, por el contrario, se profundizan, o en el mejor de los  casos, sólo se maquillarán para perfeccionar los mecanismos de expoliación.

El problema que origina la desigualdad económica e iniquidad social no es la corrupción, son las relaciones de producción capitalista, la corrupción es inherente a este régimen y mientras prevalezca, persistirá la podredumbre. Falso que el combate a la corrupción genere un cambio radical. La explotación y opresión del pueblo nunca terminará dentro de una república capitalista, cualquiera que sea la forma de su democracia burguesa.

La inconformidad social y el hartazgo popular se debe a la rapacidad del régimen imperante que por décadas ha apretado las cadenas de la opresión política y explotación económica. El verdadero trasfondo del proceso electoral es la exacerbación de la lucha de clases y la mediatización de la toma de conciencia del pueblo, se pretende canalizar toda expresión de ésta por los trillados causes de la democracia burguesa.

¿Qué alternativa de verdadera solución a los problemas socioeconómicos que aquejan al pueblo de México ofrecen los candidatos a ocupar el poder Ejecutivo y Legislativo? Ninguna en esencia, todas las “propuestas” que ofertaron durante el curso de las campañas se apegan a los dictados y necesidades del capital, ninguna fuerza política electoral se atrevió a desafiar al régimen capitalista y pugnar por los intereses de los oprimidos y explotados; nadie se comprometió a parar el terrorismo de Estado y la violencia que éste desborda sobre el pueblo, mucho menos a enjuiciar a los criminales de Estado que han cometido crímenes de lesa humanidad como la detención desaparición forzada  por motivos políticos, ejecuciones extrajudiciales y múltiples violaciones a los derechos humanos.

La transformación histórica que el pueblo demanda jamás vendrá de las propias instituciones burguesas y de los administradores del capital, la única garantía para los explotados y oprimidos es la voluntad del pueblo en armas.

Como ya es costumbre de la política burguesa en México, cada seis años se pueden confrontar los grupos oligárquicos en la puja por arribar a la cúspide de la cadena de mando, pero al final de cada contienda electoral se reconcilian y cierran filas para continuar sojuzgando al pueblo, y este proceso electoral no es la excepción, más allá de las diatribas personales y de grupo, de la verborrea y las falacias vertidas por los políticos de oficio, todo se ha perfilado ya en la ruta de dar continuidad al oprobioso régimen capitalista.

¡Hermanas, hermanos, camaradas! ¡Pueblo de México! Todo el andamiaje de la democracia burguesa está diseñado para legitimar a los verdugos del pueblo que cada sexenio administran los intereses de la oligarquía; para garantizar la continuidad del status quo capitalista, régimen inhumano que por naturaleza propia engendra la pobreza y miseria, la desigualdad e injusticia social, la violencia y terrorismo de Estado que azota al pueblo. Por eso constituye autoengaño fincar esperanzas en las miasmas de la democracia burguesa.

La transformación de México no se dará en las urnas, éstas sólo legitiman a los verdugos del pueblo, garantizan impunidad a los criminales de Estado y han entronizado la dictadura del capital. La transformación que demanda el país pasa por la destrucción del poder burgués y la construcción del poder político del pueblo, donde las masas trabajadoras del campo y la ciudad desarrollen su potencial revolucionario.

En México la revolución que demanda el país se desenvolverá en las calles a través de métodos revolucionarios, aquí es donde las masas trabajadoras habremos de reconquistar nuestros derechos conculcados y construir el futuro de México. Ni un voto más a la democracia burguesa, ¡Ni un voto a los verdugos del pueblo! ¡A fortalecer la revolución socialista!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!

¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!

¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO PDPR COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO CG-EPR

Año 54.

República mexicana, a 28 de junio de 2018.

  • El invierno negro de 1972

    El año de 1972 se convertiría en uno de los más trágicos para el incipiente movimiento armado socialista, particularmente durante sus dos primeros meses; de ahí que a esta fase se le conozca como el invierno negro para las guerrillas en su conjunto.

    El primer indicio de esto nos ubica el 14 de enero en el centro de Monterrey durante la ejecución de un doble asalto bancario –que pretendía ser triple- por parte del grupo de los Procesos, embrión de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Si bien en uno de los bancos el resultado es blanco y exitoso, en el segundo se ven en la necesidad de disparar sobre el guardia de seguridad quien había intentado desenfundar su arma a pesar de las advertencias. Las circunstancias provocaron una rápida y devastadora reacción de la policía, y lo que aunado a una serie de errores por parte de los entonces inexpertos guerrilleros, da como resultado la casi inmediata aprehensión de algunos de ellos, como Ricardo Morales Pinal y Jorge Ruiz Díaz, mientras que el resto del grupo se obligado a salir del estado.

    Bajo tortura la policía obtiene la ubicación de una de las casas de seguridad, un departamento en los condominios Constitución; con esta información el día 17 un numeroso grupo de agentes judiciales y de policías locales, respaldados por elementos de Ejército, se trasladan al lugar y prácticamente lo toman por asalto asesinando a mansalva a Rodolfo Rivera Gamiz e hiriendo de gravedad a Rosa Albina Garavito, además de aprehender a Jose Luis Rhi Sausi Galindo. Un episodio que la propia policía, en complicidad con los medios, disfrazaron como un enfrentamiento, en el que además muere un agente en circunstancias hasta ahora no aclaradas. Lo que resulta inconcebible es por qué luego del doble asalto este grupo decide permanecer en el departamento de Constitución, en lugar de abandonarlo, luego de tres días de una rabiosa persecución por parte de la policía.

    Al mismo tiempo, mientras se efectuaba el doble asalto en Monterrey, el 15 de enero de ese mismo año se ejecuta un triple asalto bancario en la ciudad de Chihuahua con resultados por demás devastadores para el grupo de los Guajiros, cuyo principal dirigente era en ese momento Diego Lucero Martínez. En dos de las sucursales bancarias se logra el objetivo sin mayor problema, pero el comando que asalta la sucursal Chuvíscar es sorprendido por una unidad encubierta del ejército que patrullaba la zona. Es en esta acción donde pierde la vida Avelina Gallegos Gallegos (Natalia) y quedan heridos Pablo Martínez Pérez (José Luis Alonso Vargas) y Mario Pérez (Oscar), quien moriría horas más tarde en el Hospital Civil. Pero si eso no hubiera sido suficiente en pocas horas son detenidos siete guerrilleros más, entre los que se encuentran Francisco Javier Pizarro, Marco Rascón Córdova y Héctor Lucero Martínez.

    Un día después del asalto Diego es detenido por la Dirección Federal de Seguridad. Sin embargo, no existe constancia de que hubiera sido presentado ante las autoridades, pero se cuenta con testigos que lo vieron todavía vivo ese día. El día 17 las autoridades presentan el cuerpo sin vida del joven guerrillero masacrado por las balas y con la inverosímil versión de que Diego había muerto en un enfrentamiento cuando la policía judicial se disponía a detenerlo.

  • Poco después, Inocencio Carrillo (Ramiro), un estudiante del Politécnico, amanece sospechosamente “suicidado” en su celda, mientras que Juan Gilberto Flores Díaz (Gaspar) muere al intentar “huir” de la policía. Más tarde se sabría que los cuerpos de los dos habían sido enterrados en la fosa común sin dar oportunidad a que sus familiares identificaran sus cuerpos.

    Además de las caídas antes mencionadas, a principios de ese año caen muertos o en la cárcel de Lecumberri la plana mayor de los denominados Comandos Armados del Pueblo (CAP); mientras que también por esas mismas fechas son identificados y detenidos los integrantes del Frente Urbano Zapatista (FUZ) después de haber llevado a cabo el secuestro de Julio Hirsfield Almada el 27 de septiembre de 1971.

    El 30 de enero del año siguiente el general Daniel Gutiérrez Santos, titular de la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal, da a conocer la detención de los implicados en el secuestro del director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares. Entre los que se encuentran encuentran: Francisco Uranga López, Margarita Muñoz Conde, Carlos Lorence López, Francisca Victoria Calvo Zapata, Lourdes Uranga López, María Elena Dávalos Montero y Roberto Tello Alarcón.

    Entre tanto, el 2 de febrero muere Genaro Vázquez Rojas, principal dirigente de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), a consecuencia de un presunto accidente automovilístico en alguna carretera del estado de Michoacán. No obstante, las circunstancias, las heridas en su cuerpo y algunos testimonios hacen sólidamente presumir que fue asesinado.

    Luego del doble asalto Raúl Ramos Zavala, principal ideólogo y dirigente de los Procesos, se traslada a la ciudad de México con la intención reagrupar fuerzas y reestablecer contactos. El 6 de febrero concerta una cita en el Parque México con Heber Matus Escarpuli -representante de uno de los grupos de enlace- lugar al que llega acompañado de Jorge Sánchez Hirales, pero en circunstancias por demás extrañas son interceptados por una patrulla que les exige su identificación. Sabiendo Raúl que ya estaba identificado por el doble asalto, toma la decisión de enfrentar a los policías con la intención de darse a la fuga; sin embargo –y más extraño aún- otro policía que viajaba de civil en un trolebús desciende y dispara contra él; herido de muerte es cargado por Jorge quien, también herido, logra refugiarse en algún, pero es sometido cuando se le acaban las balas. Raúl caía muerto ese día a los 26 años de edad.

    Un día después, el 7 de febrero, es detenido en Monterrey otro grupo importante de militantes de los Procesos, entre los que se encontraban los cristianos der la Obra Cultural Universitaria, como José Ignacio Olivares Torres y su esposa Hilda Rosario Dávila Ibañez; Manuel Báez, María de Jesús García, Juan Carlos Flores Olivo, María de la Paz Quintanilla y José Luis Sierra Villarreal, éste último detenido en Guadalajara.
    Es también en esta fase –febrero de 1972– cuando cae preso el primer grupo de los llamados comandos Lacandones. Entre los detenidos están Jesús Torres Castrejón, Flavio Julio Dávila Ortega, Yolanda Casas Quiroz; así como los hermanos Rafael y Miguel Ángel Jiménez Zavala, además de Juan Manuel Figueroa Estrada y Leopoldo Argüello López.

  • Es también en esta fase –febrero de 1972– cuando cae preso el primer grupo de los llamados comandos Lacandones. Entre los detenidos están Jesús Torres Castrejón, Flavio Julio Dávila Ortega, Yolanda Casas Quiroz; así como los hermanos Rafael y Miguel Ángel Jiménez Zavala, además de Juan Manuel Figueroa Estrada y Leopoldo Argüello López.

    Por esas mismas fechas el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) sufre una nueva caída con la que se vuelven a tocar la estructura de mando del movimiento, entre los que figuran Eufemio González Mancilla (Alfredo) –uno de los jefes entrenados en Corea del Norte-, Raymundo Ibarra Valenzuela y Baldemar Villarreal Alvarado.

    Mientras tanto, en Guadalajara durante la efervescencia del naciente Frente Estudiantil Revolucionario (FER), en donde se libra una dura batalla en contra de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), respaldada por las autoridades gubernamentales, trae entre muchas consecuencias la detención de algunos de los dirigentes del FER, como los hermanos Carlos y Alfredo Campaña López, junto con Guillermo Robles Garnica, entre varios más.

    Febrero será siempre un mes recordado por las organizaciones guerrilleras con mucha rabia y tristeza. Será también en febrero, pero de 1974, un trágico día 14 de San Valentín cuando elementos de la DFS, respaldados por el Ejército, y contando con una poco honorable ventaja numérica y de fuego toman por asalto la casa de seguridad de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN) en el poblado de Nepantla, estado de México, en donde son asesinados Alfredo Zárate Mota (el segundo en la jerarquía de las FLN), Mario Sánchez Acosta, Carmen Ponce Custodio, Dení Prieto Stock y Anselmo Ríos Ríos. En la refriega logran sobrevivir Maria Gloria Benavides y Raúl Sergio Morales Villarreal, quienes son detenidos y sujetos casi de inmediato a las consabidas sesiones de tortura.

    Pocos días antes, en la ciudad de Monterrey -y en circunstancias aún no esclarecidas- la policía toma por asalto una casa de seguridad de las FLN en donde son detenidos Napoleón Glockner Carreto y Nora Rivera Rodríguez. En la tortura revelan la ubicación de la denominada Casa Grande, en Neplantla con el trágico saldo antes mencionado; además que, con el descubrimiento de este lugar, se detecta la existencia y ubicación del núcleo guerrillero que las FLN tenían emplazado en la Selva Lacandona de Chiapas, y que eran comandado por su principal dirigente: César Germán Yáñez Muños, hasta donde se dirige el Ejército con el objetivo de localizar y exterminar a los integrantes del grupo subversivo, lo que finalmente se logra tras una larga y despiadada persecución con el saldo de casi todos integrantes asesinados.

    Por cierto, a más de cuarenta años de las caídas de Nepantla y Chiapas, por primera vez se pueden contar con evidencias de que, efectivamente, fueron los entonces dirigentes de las FLN, quienes sentenciaron a muerte y ejecutaron tanto a Napoleón Glockner como Nora Rivera el 5 de noviembre de 1976, tal y como se reconoce en el Cuaderno de Trabajo, Dignificar la historia II, Las Fuerzas de Liberación Nacional y los combates por la memoria (1974-1977), publicado por la Casa de Todas y Todos.

    Texto: Hugo Esteve Díaz

  • Felipe Peñaloza Martínez

    Nació el 13 de agosto de 1951 en el pueblo de Aratichanguio, Guerrero, Municipio de Zirandaro; estudió la primaria en Huetamo, Michoacán, ya que en su pueblo natal no había escuelas, y más tarde en una secundaria varonil incorporada a la universidad michoacana. Fue el quinto hijo de la familia Peñaloza García, de los trece que tuvo el matrimonio de don Efraín Peñaloza Ochoa y doña Elva García Pineda.

    A temprana edad se incorpora a las juventudes comunistas junto con su hermano Alejandro y su primo Fernando Pineda Ochoa; hacia 1966 participa en el movimiento estudiantil en la ciudad de Morelia, en donde se vincula con el grupo que ya por entonces lideraba Fabricio Gómez Souza.

    Luego del surgimiento del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) -fundado a finales de 1968 por un grupo de estudiantes que se encontraban becados en Moscú- Felipe forma parte del segundo grupo que en septiembre de 1969 viaja a Corea del Norte para recibir entrenamiento político-militar; en este grupo participan el propio Fabricio, Fernando Pineda Ochoa, Ángel Bravo Cisneros, Ramón Cardona Medel, Horacio Arroyo Souza y José Luis Chagoya Remigio, entre otros más.

    En febrero de 1971 a las afueras de la ciudad de Jalapa, en el estado de Veracruz, son detectados “por casualidad” cuatro miembros de una célula en una casa de seguridad en donde son detenidos y luego trasladados a la ciudad de México quedando en manos DFS. El 16 de febrero de ese año se inicia la caída de gran parte de los marinos, nueve en un primer operativo: Los cuatro habitantes de la casa en Jalapa más René que había regresado con cuatro compañeros más; el resto del grupo irá cayendo poco a poco. Ya al tanto de que se trataba de un grupo guerrillero la policía inicia los interrogatorios lo que les permite ubicar las diversas casas de seguridad con que contaba el grupo en otras ciudades del país, como en el Distrito Federal, Pachuca y Acapulco.

  • Entre los primeros detenidos están Fabricio Gómez Souza (Roberto), Fernando Pineda Ochoa (René), Ángel Bravo Cisneros (Eliécer), Salvador Castañeda Álvarez (Jaime), Ramón Cardona Medel (Antonio), Felipe Peñaloza García (Ramiro) y Alejandro López Murillo (Romeo), Ramón Ramos Mogrovejo y José Francisco Paredes Ruiz entre otros más.

    Para esas fechas los principales dirigentes del MAR eran Octavio Márquez Vázquez (Cesar), José Luis Martínez Pérez (Néstor), Armando Gaytán Saldivar (Oscar) y Alejandro Peñaloza García (Elías).

    Para mediados de 1977 Felipe logra salir de la cárcel y varios meses después contacta a su hermano Elías. Todo seguirá en aparente calma hasta que a principios de junio de 1978 es detenido Ramón Cardona Medel (Antonio) en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, quien había salido de prisión un año antes. Tras el interrogatorio de rigor la policía ubica el domicilio que compartía con Hortensia García Zavala (Olga), su compañera, quien era responsable de la casa de seguridad, en donde ella también será detenida. Las pesquisas tenían por objeto la ubicación tanto de Elías como de Ramiro, de quien saben se ha reincorporado a lucha armada tras su salida de la cárcel.

    Pocos días después son detenidos Alejandro Peñaloza y su compañera Margarita Aguilar Villa, siendo llevados por la DFS al Campo Militar Número Uno, en donde permanecerán secuestrados durante varios meses. Finalmente, con la información recabada, la Brigada Blanca monta un operativo en coordinación con el Grupo Jaguar, y con el apoyo de fuerzas militares y de las policías judiciales del estado de Guerrero para ir tras la captura de Felipe Peñaloza, quien se encontraba en Zírandaro, su pueblo natal.

    Los hechos se sucedieron el 29 de junio de 1978 a media tarde y en pleno centro del pueblo, en donde se desata una balacera en la que cae acribillado Ramiro ante la superioridad numérica y de fuego. Posteriormente se sabría que el referido operativo habría sido coordinado por los agentes Manuel García, Carlos Damián Bravo y Erasmo Antunez, quien días antes había llegado encubierto a esa población como recaudador de rentas para recabar información que permitiera la eliminación de Felipe Peñaloza.

    Texto: Hugo Esteve Díaz